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Día 5 en Tailandia. Visita a Chiang Rai. Que ver y hacer en esta ciudad.

Madrugamos mucho en este día, ya que volamos a Chiang Rai. En cuanto hicimos el check-out y con nuestras maletas con nosotros, desayunamos algo en el hotel, justo cuando abrían. Al poco, cogimos el taxi colectivo que habíamos negociado el día anterior, para llegar al aeropuerto de Don Muang. Desde este aeropuerto, el segundo de Bangkok, que está a 25 km del centro, suelen volar las compañías de bajo coste y los vuelos internos del país. En la furgoneta fuimos charlando con una chica rumana muy maja, que vivía en Madrid y que estaba haciendo un viaje totalmente improvisado (tanto que le estuvimos mirando cosas en la guía, ya que no disponía prácticamente de ninguna información del país).

Este artículo forma parte de la Guía y Diario de viaje a Tailandia 2016 de Vivi. Puedes seguirla en su índice: Guía de Tailandia.

Comentar que en este aeropuerto, igual que en otros de Asia, todo el equipaje debe pasar por las cintas del control y a veces, se forman colas grandes; aunque esto se compensa con lo pequeño que era el aeropuerto.

Tras hora y veinticinco minutos, aterrizamos en la ciudad de Chiang Rai. Esta ciudad es muy pequeña y mucha gente la utiliza como base de exploración de la zona. Pero deciros, que a nosotros nos encantó y nos pareció un oasis de paz, viniendo de la mega-Bangkok.

En el aeropuerto cogimos un taxi con taxímetro, por 150 baths, hasta nuestro hotel: el Nak Nakara Hotel. Es importante señalar que éste, para nuestro gusto particular, fue el mejor hotel del viaje. Estuvimos muy relajados durante la estancia, con muy buena atención y unas instalaciones muy bonitas y acogedoras.

Piscina Nak Nakara

Tras acomodarnos y tras tomar el cóctel de bienvenida que nos dieron, nos dispusimos a recorrer la ciudad. Lo hicimos a pié todo el día, sin utilizar ningún tipo de transporte, pero pasando muuuuucho calor.

Visitamos muchos templos, entre ellos el Wat Klang Wiang que nos gustó mucho y era muy tranquilo. Todos los templos de la ciudad son gratuitos.

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También el Wat Phra Singh, con muchas partes del templo realizadas en madera.

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Y, por supuesto, el Wat Phra Kaew, con lo que le llaman el monasterio del bosque de bambú. Es el más importante de la ciudad. Tiene también, una pequeña réplica del buda esmeralda (el original está hoy en día en Bangkok) y un pequeño museo de bastante interés.

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Visitamos en el medio, el mercado matinal de Chiang Rai (los sábados al parecer hay uno muy bueno en la calle, pero no nos coincidió). Este mercado, no tiene nada que los turistas o viajeros pudiéramos querer comprar. Sin duda, es el mercado destinado a la población local, donde se vende ropa muy humilde, trastos de cocina y alimentos como pescados disecados a granel.

Paramos a comer en un local de la ciudad, especialidades locales, como «Kôw soy», una sopa con fideos, caldo intenso y en este caso, una especie de albóndigas. El local se llamaba, ข้าวซอยวิจิตตรา วัดพระแก้ว, jeje. No tenía nombre, ni carta en inglés. Lo encontramos por internet y está frente al Hospital, cerca del Wat Phra Kaew.

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Una de las cosas que más nos llamó la atención aquí, es la cantidad de cafeterías y bares estilo occidental que hay en la ciudad. Seguramente destinadas a los extranjeros, con cafés tipo americano, aire acondicionado, Wi-fi y hasta bagels. Tomamos un café y otro tipo frappuccino en Raicholada Coffee, mientras nos refrescábamos un poco.

Llegados a este punto, donde la ropa ya no podía estar más sudada, decidimos volver al hotel para disfrutar un poco de la preciosa piscina y Simón, a disfrutar un ratillo del gimnasio del hotel.

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Por la tarde, decidimos visitar dos de las calles con más establecimientos y vidilla de la ciudad: Th Jeytod y Th Phahonyothin. La zona está llena también de hostels y de un ambiente mochilero muy relajado.

Una cosa muy curiosa, es que aquí empezamos a ser realmente conscientes del tema del turismo sexual en Tailandia. En Bangkok habíamos visto cosillas, pero si no vas a los barrios rojos o zonas determinadas, todo el ruido y bullicio de la ciudad, hacen que quizás no te des cuenta. Aquí, en esta ciudad, con un ambiente más tranquilo, era imposible no darse cuenta. Era muy frecuente, demasiado frecuente, ver hombres «occidentales» de cierta edad, acompañados de jovencitas (algunas diría que niñas incluso, pero para mí resulta muy difícil calcular la edad de las mujeres de Thailandia, ya que me parecen todas muy jóvenes), viviendo a «todo trapo». La actitud de ambos, deja muy claro cuál es el tipo de relación que les une.

Visitamos el Wat Jet Yot, un templo muy bonito y un gran buda en su interior (uno más, jeje).

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A continuación disfrutamos del bazar nocturno de la ciudad, que nos pareció precioso y con un ambiente completamente relajado. Se vende mucha artesanía, comida e incluso hay una zona de música en directo. De nuevo hay muchos puestos, con comida y bebida tipo «occidental», pero también tradicional. Es mucho más pequeño que el que después veríamos en Chiang Mai, pero nos encantó.

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Cerca del bazar, cenamos en «Muang Thong», un local de comida tailandesa, pero con clara influencia china; muy tradicional y nada turístico.

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De camino al hotel, yo, fiel amante de los gatos, no pude resistirme a entrar en un «café de gatitos», de estilo nipón, que hay en la ciudad, llamado «Cat ‘N’ A Cup Cafe».  Allí disfrutamos de un café, mientras jugábamos con un montón de gatitos en un ambiente muy tranquilo. Está muy cerca de la llamativa torre del reloj.

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Esta ciudad está llena de sorpresas…

INFO

  • Taxi aeropuerto de Don Muang a hotel centro ciudad: 150 baths.
  • Nuestro hotel en Chiang Rai: Nak Nakara Hotel.

Este artículo forma parte de la Guía y Diario de viaje a Tailandia 2016 de Vivi. Puedes seguirla en su índice: Guía de Tailandia.

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El autor Vivi

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