Era el gran día, Jueves de Entroido, el día que salíamos dirección a Castrelo de Val para disfrutar de los Entroidos de Laza, Verín y Xinzo. 6 días que íbamos a dedicar a disfrutar de algunos de los eventos del Entroido y hacer un poco de turisteo.
Salida y parada a comer en Chantada
No era ni media mañana cuando salíamos de casa dirección Castrelo de Val, concretamente en una pequeña aldea rural llamada Pepín donde se situaba la casa rural donde dormiríamos esos días. Como teníamos que parar a comer en medio del camino, decidimos hacer un alto a medio camino, en Chantada. Este pueblo es uno de los pocos que nos quedaban por conocer de la Ribeira Sacra, y como pasábamos al lado, había que aprovechar.
Al llegar dimos un paseo por el casco antiguo, y cerca de la iglesia vimos el típico restaurante local de donde salía un olor a cocido increíble. Lo mejor: que estaba incluido en el menú del día. Así que con un «gran esfuerzo», tuvimos que comer cocido gallego jejeje
La verdad es que estaba muy bueno, y como en todo buen restaurante tradicional gallego, eran de los que te dejaban la pota o enormes bandejas en la mesa, para que comieses lo que quisieses… Lo malo, tener que coger el coche después de una comilona así.
Nuestro alojamiento rural: Aldea Rural A Cortiña.
Después del café y otro pequeño paseo por Chantada, cogimos el coche para dirigirnos a Pepín, para dejar las cosas en la habitación. La aldea de Pepín estaba bien escondida, es una zona rural dónde la cobertura móvil y de datos es escasa. De hecho, está muy cerca del Parque Natural de O Invernadoiro, una reserva natural dónde sólo puedes acceder con permisos. Unos permisos que por cierto nos ofrecieron tramitar los de la casa rural si queríamos acercarnos, pero no íbamos preparados para ello (monte, senderismo, nieve y mucho frío).
La casa rural dónde nos alojaríamos era muy acogedora, un pequeño complejo rural con varias casas y una taberna que hacía la función de bar del pueblo, con una chimenea que agradecías bastante al volver de pasear. Se trata de de Aldea Rural A Cortiña, donde no sólo nos trataron genial y a todos los que estábamos allí nos hicieron sentir como de la familia, sino que la comida casera era de 10. De esos sitios que guardas para siempre en la memoria… algún día tendremos que volver.
Y es que no sólo eso, es que además nos ayudaron a configurar un calendario para que no nos perdiésemos lo mejor da cada día en Verín y Laza, y ofreciéndonos todo tipo de información. Y lo mejor, como eran de allí, nos contaron historias, tradiciones… de los lugares cercanos y de los Entroidos. Un saludo a Alberto y Nuria a si nos están leyendo.
Lo ideal de este alojamiento, además de lo dicho, es que se encuentra a medio camino de Verín y Laza, muy bien comunicado, con lo cual movernos por la zona fue muy sencillo.
Después de que nos instalásemos y tomásemos un café calentitos en la taberna mientras los dueños y algunos clientes nos ponían al día del Entroido y que íbamos a ver, decidimos hacer un poco de turisteo.
Castillo de Monterrei.
Junto al pueblo y Municipio de Verín se encuentra pegado el Municipio de Monterrei, tan pegados están que es casi imposible diferenciarlos. Por ello, muchos creen que el Castillo de Monterrei pertenece a Verín, pero no es así. Son municipios diferentes.
El Castillo de Monterrei se sitúa en lo alto de una colina, junto a Verín. Allá nos dirigimos en el coche, y mientras subíamos pudimos ir viendo algunos viñedos y bodegas. Es una zona de vitivinícola, aquí se encuentra la D.O. Monterrrei. La carretera nos llevó frente al edificio del Parador Nacional de Monterrei, dónde tomamos junto a un cruceiro una pista que nos lleva al Castillo. En el propio castillo, en los exteriores, había una gran explanada para aparcar el coche.
Anochecía cuando llegamos, con tal mala suerte que cerraba justo cuando llegamos. No pudimos ver su interior, pero si las vistas y aprovechar a sacar unas fotos espectaculares de la Torre del Homenaje iluminada.
Esa noche cenamos un rico churrasco en A Cortiña, al que volvimos a descansar y prepararnos para el desfile a media noche, era el Jueves (Xoves de Comadres).
Xoves de Comadres, Verín.
Tal y como nos habían explicado, nos fuimos para estar a media noche en Verín junto a la Casa do Escudo. Es «Xoves de Comadres» , es el día que se reúnen las mujeres del pueblo y salen a cenar en grupos a los restaurantes locales. Ese día los hombres del pueblo no pueden salir de casa antes de media noche, Verín es de mujeres.
Llegamos antes de media noche, y poco a poco aquello se fue llenando de gente y aparecieron los primeros Cigarróns. Verlos así de noche, saliendo de callejones oscuros y haciendo un ruido de mil demonios con los cencerros, mientras golpean a la gente con el látigo, impresiona y emociona un poco.
Poco después de las doce, empezamos a oír ruido que provenía de nuestras espaldas, de una calle que llevaba a la cima de la colina, dónde se encuentra el Castillo de Monterrei. Es el llamado Camino Real, por dónde apareció Don Carnal , un personaje del Entroido de Verín, que suele ser un famoso local o gallego. Allí bajaba en procesión, escoltado por Cigarróns y gente con sabanas y velas blancas.
La comitiva se detuvo frente a la Casa Do Escudo, dónde nos encontrábamos nosotros, y por el balcón apareció la Reina del Carnaval, donde dió un pequeño pregón.
Una vez acabó el pregón, toda la gente allí congregada, junto a la Reina y Don Carnal y los Cigarróns, nos dirigimos a una plaza donde había un escenario de orquesta. Allí se subieron la Reina, Don Carnal, los Cigarróns y su Comitiva. Luego de un discurso y unas bromas a cargo de Don Carnal, se dieron por iniciados los días grandes del Entroido. Ahora tocaba verbena y fiesta, que se prolongaría hasta casi el amanecer.
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